1. Vierte la leche condensada Natulac en un vaso o taza transparente.
2. Luego vierte la leche fría en una jarra pitcher y colócala en la máquina espresso; espumea la leche con la ayuda de la varilla de vapor de tu máquina. Para ello, coloca la boquilla de la varilla de manera vertical, justo debajo de la superficie de la leche y presiona el botón para que suelte todo ese vapor. Puedes ayudarte de un termómetro para conocer la temperatura idónea de la leche, que será unos 68ºC; luego de alcanzar dicha temperatura, apágala.
En el caso de no tener maquina espresso utiliza un batidor eléctrico.
3. Vierte la leche de la jarra en el vaso de cristal hasta llenar casi completamente.
4. Prepara un espresso con tu máquina de manera habitual. Una vez que tengas el expreso, viértelo en el vaso largo de leche. Procura hacerlo de manera cuidadosa y lenta, y, en la medida de lo posible, en el centro del vaso. (También podemos ayudarnos con la parte de atrás de una cucharilla para verter el café.)
Tu café estará listo, la apariencia será que el vaso quede en tres capas, siendo la del café la del medio.
